Leía hace unas
semanas (17/09/2012), en El País, un artículo a propósito de un libro de Aarathi
Prasad titulado “Like
a virgen. How Science es redifining the rules of sex”, en el que la autora
reflexiona sobre los avances científicos en la reproducción asistida y predice
un futuro cercano –lo cifra en 15 años– en el que las mujeres no sólo podrán tener
hijos sin tener relaciones sexuales, como ya es posible a través de la
fecundación in vitro y la donación de esperma, sino que lo podrán hacer sin
tener que experimentar su embarazo, es decir, sin gestación; afirma que el sexo para reproducirse puede pasar a la historia, que la investigación
científica está reescribiendo las
reglas de la reproducción sexual, y que los expertos están perfilando
alternativas a lo que denomina la “concepción
tradicional” para adaptarse a los cambios sociales, al abrir la puerta a
matrices artificiales, con ovarios y espermatozoides creados desde el
laboratorio, lo que permitirá una “igualdad social” nunca vista en la
reproducción sexual, ya que no solo permitirá que las mujeres no tengan
limitaciones de ningún tipo para tener hijos a demanda, sino que estos avances
también permitirán a los hombres pasar el mismo proceso, y a las parejas gays tener
hijos con el ADN de sendos padres.
Es evidente la
ideología de genero que lo informa, una ideología que se desarrolla a
partir de los años 70 como resultado de la mezcla de algunas teorías marxistas
y estructuralistas, con postulados de algunos representantes de la “revolución
sexual” y del existencialismo ateo, y que ha encontrado un ambiente favorable
en la antropología individualista del neoliberalismo radical. Afirma que no somos hombres o mujeres por naturaleza
sino como resultado de una “construcción
social” cuyo objeto es el sometimiento de la mujer, y que para que
hombre y la mujer sean iguales hay que llegar a una sociedad sin clases de sexo,
lo que requiere "que la clase
subyugada (las mujeres) se alce en revolución y se apodere del control de la
reproducción; se restaure a la mujer la propiedad sobre sus propios cuerpos,
como también el control femenino de la fertilidad humana, incluyendo tanto las
nuevas tecnologías como las instituciones sociales de nacimiento y cuidado de
niños.” “En sociedades más imaginativas – decían - la reproducción biológica podría
asegurarse con otras técnicas."
Pues bien, la imaginación ha llegado al
poder, y aunque todavía no existe una matriz
artificial que permita gestar bebés fuera del cuerpo de la madre, se está
investigando y podría ser realidad en un futuro próximo, lo que explica que se haya
encendido un polémico debate en Gran Bretaña, y es normal, pero no podemos
sorprendernos, porque hace ya mucho tiempo que empezamos a dar todos los pasos
necesarios para ello.
Los primeros
minutos del video que antecede, de la película “Un mundo feliz”, basada en el libro del mismo nombre (“Brave new world”,
es el título en inglés) de Aldous
Huxley, muestran la visita de unos estudiantes al “Centro de Incubación y
Condicionamiento de la Central de Londres”, en el que se les enseña el proceso
de producción de seres humanos en un mundo distópico en el que palabras como
“padre”, “madre” o “familia”, están proscritas, porque los seres humanos son
fabricados según diferentes “calidades” y condicionados artificialmente –
básicamente para estar satisfechos de su condición y ser consumidores
compulsivos - , según las necesidades de la Sociedad que, por supuesto, son
definidas por unos pocos hombres.
El video es bastante
explícito, pero es más ilustrativa la explicación del proceso de fabricación que
en el libro da el Director del Centro: “Esto
–siguió el director, con un movimiento de la mano– son las incubadoras. –Y
abriendo una puerta aislante les enseñó hileras y más hileras de tubos de
ensayo numerados– La provisión semanal de óvulos –explicó- conservados a la
temperatura de la sangre; en tanto que los gametos masculinos – y al decir esto
abrió otra puerta – deben ser conservados a treinta y cinco grados de
temperatura en lugar de treinta y siete… Sin dejar de apoyarse en las
incubadoras, el director ofreció a los nuevos alumnos…una breve descripción del
moderno proceso de fecundación. Primero habló naturalmente de sus prolegómenos
quirúrgicos, “la operación voluntariamente sufrida para el bien de la Sociedad,
aparte el hecho de que entraña una prima equivalente al salario de seis meses”;
prosiguió con unas notas sobre la técnica de conservación de los ovarios
extirpados de forma que se conserven en vida y se desarrollen activamente; pasó
a hacer algunas consideraciones sobre la temperatura, salinidad y viscosidad
óptimas; prendidos y maduros; y acompañando a sus alumnos a las mesas de
trabajo, les enseñó en la práctica cómo se retiraba aquel licor de los tubos de
ensayo; cómo se vertía gota a gota sobre
placas de microscopio especialmente caldeadas; cómo los óvulos que contenían
eran inspeccionados en busca de posibles anormalidades, contados y trasladados
a un recipiente poroso; como…este recipiente era sumergido en un caldo caliente
que contenía espermatozoides en libertad…cómo los óvulos fecundados volvían a
las incubadoras, dónde los Alfas y los Betas permanecían hasta que eran
definitivamente embotellados, en tanto que los Gamma, Deltas y Epsilones eran
retirados al cabo de solo treinta y seis horas para ser sometidos al método
Bokanosky.”
En 1931,
cuando se publicó el libro, podía considerarse ciencia ficción, pero hoy estamos más cerca de lo que nunca
hubiéramos imaginado de ese “mundo feliz”, por lo menos, por lo que se refiere
al proceso de producción y selección de seres humanos, y además, como en el
libro, sin necesidad de coerción sobre los individuos.
¿No es cierto
que para controlar el nivel de población, dentro de lo que algunos – neomalthusianos,
ambientalistas, etc. - consideran adecuado, se ha promovido y promueve la esterilización, incluso a veces de
forma masiva? ¿No es cierto que ya existen Bancos de óvulos y de
espermatozoides, y que se ofrece con normalidad la fecundación in vitro como un método relativamente eficaz para
resolver los problemas en la concepción? Y es, sin embargo, una técnica ineficaz,
nada inocente desde el punto de vista moral, entre otras razones por lo que
implica la fabricación de embriones, la selección de unos y el descarte de
otros, la muerte de los que no consiguen prender, e incluso a veces la
eliminación de algunos ya prendidos, los más débiles, en caso de embarazo
múltiple. Nada de esto se explica, sin embargo, a quien podría estar
interesado, no se pregunta por quien sospecha podría ver comprometido su deseo,
o sencillamente no importa. ¿Y no es cierto que ya se está produciendo una criba eugenésica mediante el aborto de
todos aquellos seres humanos que son detectados tempranamente como “no aptos”
por padecer alguna minusvalía física o psíquica? Y todo eso lo hacemos nosotros
solos, sin coerción alguna, en ejercicio, en unos casos de la “libertad sobre el propio cuerpo”,
permitiendo su mutilación, o donando o vendiendo óvulos o esperma; en otros de
una "opción por la maternidad", concebida como un derecho a tener hijos que debe
ser satisfecho; y en otros por una anticipada
compasión que lleva a suprimir al que padece alguna anomalía, pensando
incluso que nadie tiene derecho a obligarlo a sufrir, y que existe la
obligación moral de matarlo.
Para completar
el proceso de fabricación relatado por Aldous Huxley faltaba una cosa, el útero artificial, porque si bien es
cierto que ya teníamos los vientres de
alquiler, claro, no es lo mismo, sobre todo si se consiguiera crear un modelo de
útero portátil que pudiera colocarse en el salón del hogar, en el que se
podría cuidar al embrión como si fuera un “tamagochi”, haciendo realidad los
deseos de tantas personas, de cualquier sexo, sean pareja o no; pero “Que
el deseo sea la medida de lo real, y no al revés, pone claramente de manifiesto
que nos movemos en un universo virtual, donde el cliente es el rey, pero donde
el hombre es un esclavo.”
[F. Hadjaj], porque el poder sobre la naturaleza que se exhibe como una
victoria del progreso, de la humanidad, y de la libertad no es sino el poder de
unos hombres sobre otros hombres.
“Imagina dejar de
pensar en el “tic-tac” de tu reloj biológico. Saber que aunque seas mayor de 35
años, todavía puedes ser madre sin factor de riesgo. Imagina una concepción y
gestación exenta de sexo y de sentir el embarazo en tu propio cuerpo. Que tu
bebé, generado en un laboratorio a partir de células madre o cromosomas
sintéticos, crezca en una matriz artificial, con un molde calcado al de tu
útero.”, decía el
artículo de El País al que me refería al principio.
Prefiero no imaginarlo, creo que es una
pesadilla, pero una pesadilla que comenzó hace ya tiempo, aunque se esté
acercando ahora al paroxismo, con el impulso, aquiescencia o silencio cómplice –
el vestíbulo de los ignavos debe estar atestado - de casi todos.
16 comentarios:
¡Qué triste sociedad la que se plasma en esa película!. Pero, es cierto, habrá alguien que lo considere progresismo, el progreso de la manipuLación, del control de la mente, del todos somos iguales bajo la anestesia del "soma", o del pan y circo que se estipule en cada momento para la plebe.
¡Qué belleza la del embarazo, la de una mujer entregada a su futuro bebé antes de que nazca, nueve meses de poesía dedicada a un hijo o hija, la de un hombre que se olvida de sí mismo para centrar su mente en una ilusión, la ilusión de la vida con mayúsculas!. Son nueve meses en los que la familia late con fuerza, de ilusiones compartidas, de proyectos, de un sentirse hombre y mujer con toda plenitud.
Ese embarazo y posterior nacimiento, forjarán un vínculo de por vida entre madre e hijo, al igual que, la experiencia de un padre al ver nacer su retoño, es de una belleza indescriptible.
Pero, en fin, hay quien quiere que nos perdamos esas experiencias y nos limitemos a aquellas experiencias somáticas sin sentimientos, sin pasión y sin vida. Pero esos que comparten ese devenir, que no nos vengan luego con intelectualidades ni poesías lloronas, si se quieren perder las cosas realmente bellas de la vida, que sigan nadando en su ignorancia, pero que no nos vengan luego con este u otro libro formidale, porque será una máscara, una falsa apariencia con la que tratarán de esconder su brutalidad, su extremismo y su afán exterminador de las cosas buenas y bellas que la vida nos regala.
¿Habrá algo mas hermoso que poder ser madre después de los 50? Sin miedo a parir niños con taras.
Por cierto, el sexo no es solo para procrear.
Cada etapa de la vida tiene lo suyo. Como mujer no espero tener un niño a los 50, sobre todo por no hacerle una faena, no puedo verme con 75 cuando mi hijo tenga 25. Quiero compartir un deporte con mis hijos, no dejarlos huérfanos pronto. Lo hermoso es disfrutar de cada etapa y las taras no van en un único sentido, seguramente ese niño nacido de mujer de cincuenta, se enfrentará a lo largo de su vida a muchas más taras por parte de su madre que las que él podría haber soportado en sí mismo. Lo del sexo para procrear, es algo muy personal y no voy a dar mi opinión, solamente decir que una vasectomía no es descartable.
No se puede tener todo tan calculado, ni en un sentido ni en otro, el devenir normal de las cosas pone todo en su sitio, sin tanta programación tecnológica ni con ausencia total de ésta, que bloquearía el normal desarrollo de nuestra raza y del mundo en general.
A los que hemos sido (y seguimos siendo) aficionados a determinado tipo de cine, nada recomendable por otra parte, algunas de estas cosas nos dan muuucho miedo
Miedo da pensar en el siguiente paso del proyecto, la selección. Esa madre sexagenaria querrá que de su probeta nazca un bebé perfecto, sin deterioro celular, ¿qué pasará con el error de laboratorio o con el que tenga un problema mecánico, como la rotura una pierna o el que pierda un ojo en un accidente?, ¿será el horno crematorio su destino o se creará un campo de eliminados sociales por mermas corporales?. Ya imagino esa sociedad de maniquís rubios con ojos azules y en los extramuros el correspondiente campo de leprosos, los fallos de probeta. ¿Ha resucitado Hitler y no me he enterado?.
Pues sí, es una sociedad muy triste la que se plasma en esa película, Manolo, y lo malo es que nos estamos acercando a ella imperceptible y peligrosamente, "gozosamente", diría incluso, porque cualquier descubrimiento científico se percibe como un avance y por tanto positivo, cuando moralmente no tiene por qué ser así.
Hola anónimo 1: no creo que haya nada hermoso en que se cosifique algo tan hermoso como es la concepción de un hijo, en que se decida engendrarlo y y que se desarrolle al margen de un padre y una madre, y se adquiera como si fuera un objeto, y por razones que seguro tendrán siempre un fondo de puro egoísmo en lugar de amor; no no veo nada hermoso en eso.
Si a eso le sumas los intentos de patente de embriones, que de momento en Europa se ha paralizado en el TSJ, y la selección de embriones y eugenesia, nos podemos encontrar con procesos por la "calidad" del producto, un ser humano, que darán cuenta de en qué nos hemos convertido a nosotros mismos.
Hola Virginia, de acuerdo con lo que planteas, es verdad, el problema es que muchas veces se buscará en ese momento precisamente para eso, para tener a alguien cuando convenga.
En cuanto a lo del sexo solo para procrear, por supuesto que es una decisión personal, todas lo son, pero vivido correctamente tiene que estar abierto a la vida, y al tiempo es necesaria responsabilidad combinada con generosidad... hay métodos naturales que permiten combinar ambas sin necesidad de acudir a una mutilación, el problema es que esas opciones no se explican, por desgracia porque es una forma de vivirlo mucho más hermosa, y la cultura que se está imponiendo es la contraria.
Hola, Anónimo 2, el devenir de las cosas por sí solo no hará nada, y si hace algo será negativo, porque la tendencia - por nuestra naturaleza caída - es a darle gusto a las apetencias; en un juicio en el que el jurado sean niños, no se puede confiar en que resulte absuelto el dentista frente al vendedor de chuches, aunque el primero sea más beneficioso para nuestra salud dental que el segundo.
Existe el bien y el mal, y los avances científicos pueden usarse en uno y otro sentido, sin dejarlos al capricho.
Leandro, tienes toda la razón para que te dé miedo, muuuucho miedo, porque esos libros y/o películas que parecían de ciencia-ficción, algo impensable que pudiera ocurrir en nuestro mundo, resulta que no, que estamos en ello, acercándonos inconsciente y peligrosamente.
Ya te digo, hay quien ve con alegría poder conseguir un hijos de esa manera, obteniendo artificialmente un embrión humano,seleccionado cuidadosamente en aras de la calidad (¿ISO 3000?), y como sistema para una revolución social de género .... y no están hablando de "deconstruir" una tortilla, que ya sería un delito de lesa majestad, sino de los conceptos de familia, padre, madre...
Absolutamente de acuerdo, Anónimo III, salvo por el hecho de que ese proceso de selección - eugenesia - ya ha empezado, y ahí se están introduciendo elemento de valoración de calidad de los humanos que, efectivamente, una vez despreciada la intrínseca dignidad de la naturaleza humana, no tiene porque limitarse a los embriones o fetos...
Y se va todavia más lejos. Con todo mi repeto y cariño a las personas homosexuales, deberían pararse a pensar y reconocer que fecundar, que nazca un bebé y ejercer la maternidad y paternidad, está reservado , por la propia naturaleza, sin contemplar Ley humana o atadura alguna, solamente por un orden natural, a la unión de hombre y mujer. Los árboles tienen la raíz en el suelo y la copa en las alturas, andamos por la tierra gracias a la fuerza de gravedad o las mareas se producen por el influjo de la Luna, no podemos cambiar todo eso, es, sencillamente, lo normal. Lo queramos o no, lo que salga de ahí es querer darle la vuelta al mar, manipular la puesta de Sol o ver saltar a un búfalo de rama en rama. Los caprichos con las cosas, dejemos en paz a los niños y niñas y permitámosle una vida normal desde su inicio, sin extravagancias, rarezas o caprichos no razonados.
¿ISO 3000, estanterías de supermercado, probetas, deltas, gammas, betas, eugenesia, miedos, padres homosexuales?. Hablamos de nuestros hijos, por los que daríamos nuestra propia vida. Son el futuro, los que un día cuidarán de nosotros porque estaremos en sus manos y sus decisiones serán trascendentales para nuestra felicidad o desgracia cuando estemos más cerca de la muerte que de la vida. No quiero estar en manos de un robot, me gustaría que sintiera las cosas normales de la vida, que madurara con las cosas buenas y malas que van surgiendo, todo lo que hace a una persona ser eso, persona.
En la obra "la cena de los idiotas" ganaba el juego el "listo" que se hacía acompañar de aquél que el grupo de élite consideraba y juzgaba como más idiota. La situación es similar en la vida cotidiana, la que nos orquestan los que mueven los hilos de nuestras vidas, somos sus marionetas, sus idiotas. Pero os aseguro que los idiotas está muy claro quienes son y lo son los que nos quieren hacer ver como evolución lo que es transgresión o es absurdo en sí. No es evolución eliminar toda la riqueza del ser humano para contraer su esencia a unos parámetros robóticos, sin personalidad. Tampoco lo es el aborto, sinónimo de crueldad y de violencia, de cobardía, de sufrimiento para una madre, sufrimiento para el resto de su vida y, por supesto, para el que debería haber nacido y no le han dejado disfrutar de la vida, en ocasiones porque no ha superado el correspondiente test de calidad del producto, ¡¡¡qué bestialidad!!!.
Dredo, te puedo asegurar que con la versión francesa de la película lloré, en el sentido literal de la palabra, de risa, y al final, como dices, quedaba claro quién era el "idiota". Es asombroso como hay tanta gente incapaz de percibir que cuando se rebaja, reduce o elimina la dignidad humana, el valor del ser humano, hasta "cosificarlo", están de rebajas respecto a sí mismos; aunque solo sea por "egoísmo", por uno mismo, me parece una completa tontería hacerlo.
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