jueves, 7 de abril de 2011

Aborto: subjetividad, neutralidad y otros sofismas.

Han transcurrido poco más de 25 años desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica 9/1985 de 5 de julio, de despenalización parcial del aborto en España, y desde entonces su número no ha dejado de crecer, hasta convertirse en la principal causa de muerte en España, con cerca de un millón y medio de abortos practicados, a un ritmo que supera los cien mil anuales desde 2006, una cifra inimaginable cuando se planteó esa reforma.

Desde entonces, y pese a lo que sería razonable esperar, la oposición y contestación al aborto no solo se fue diluyendo con el paso de los años hasta dejar de ser cuestionado, prácticamente, en ámbitos políticos, mediáticos, y en buena parte de la sociedad, sino que cuando ya no se pudo ocultar el escándalo de las cifras, ni la sordidez y la truculencia de lo que estaba ocurriendo, una historia de horror gore denunciada por la prensa internacional, se utilizaron esas mismas cifras y esos mismos hechos para obviar el debate “aborto sí / aborto no", que circunscribieron a un pequeño sector etiquetado como “católico-ultraconservador” (¿tendremos que incluir bajo esa etiqueta a Gustavo Bueno o a Norberto Bobbio?), y para justificar la necesidad de su ampliación mediante una ley de plazos, que se llevó a efecto por Ley Orgánica 2/2010 de 3 de marzo, de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Oigo a la ministra Leire Pajín (31/03/2011) argumentar en defensa de esa ley de plazos que por primera vez desde que se tienen datos ha bajado el número de abortos en 2009, y es cierto, de 115.812 en 2008 a 111.482 en 2009; pero la nueva Ley entró en vigor el 5 de julio de 2010, ¿cómo puede hablar de éxito, y cómo lo puede atribuir a la nueva Ley?

No importa, nunca ha importado la coherencia de la argumentación tratándose del aborto, y es fácil que entre quienes lo justifican argumenten, contradictoriamente, que es una grave decisión que solo concierne a la mujer, y que equivale a eliminar un pólipo; que tratándose de un especie protegida, una vez iniciado su ciclo vital se trata de un ser vivo de esa especie protegida, cualquiera que sea su grado de desarrollo, cuestionándolo cuando se trata de un ser humano; o que es para garantizar y proteger adecuadamente la vida prenatal que se permita su libre eliminación sin más requisitos, durante las primeras 14 semanas, que la simple voluntad / deseo de la madre, la otra parte, cuyos intereses en conflicto con la vida que porta prevalecen, a costa de esa vida, argumentando que es una cuestión puramente subjetiva que solo concierne a la madre porque, dicen, al fin y al cabo a nadie se obliga a abortar… ¡vaya un argumento, faltaría más!

No, no se puede aceptar que el aborto sea una cuestión subjetiva, porque ni la ciencia, ni el concepto de persona, ni el derecho a la vida pueden ser subjetivos; porque, como dice Gustavo Bueno [“El fundamentalismo democrático”],“La vida de ese hijo que tiene ya una identidad singularizada no tiene nada que ver con que otra persona, aunque sea su madre, lo desee o lo deje de desear…¿qué le importa al germen, al embrión, al feto o al infante, que tienen una vida individual propia y autónoma respecto de la madre, el no haber sido deseado por ella?”; y sin embargo se utiliza el argumento de la subjetividad de la decisión, para exigir la “neutralidad”, del padre, que simplemente no existe, del resto de la sociedad y del Estado.  Pero ¿es posible realmente esa neutralidad?

Decía Ortega y Gasset que “Ni un solo instante se deja descansar a nuestra actividad de decisión. Incluso cuando nos abandonamos a lo que venga, hemos decidido no decidir.”

No existe, no puede existir la neutralidad, porque quien decide ser “neutral” y no pronunciarse ante la violencia, favorece por omisión a quien la ejerce, y puesto que el aborto es siempre un acto violento, quien apoya la “libre elección” y lo remite al ámbito subjetivo de la madre, lo que hace es favorecer y apoyar el aborto. Por la misma razón, ni el Estado ni las leyes pueden ser neutrales, porque cuando una ley aprueba o reprueba una actividad o comportamiento no se refiere a cuestiones puramente subjetivas, que no precisan ser reguladas, e impone o postula criterios sociales de comportamiento, y puesto que hay un ser vivo de la especie humana, sea embrión, feto o infante, con una vida individual propia y autónoma respecto de la madre, es evidente la dimensión pública del aborto y es inevitable que el Estado se pronuncie, sancionando o protegiendo.

No, no puede haber neutralidad cuando desde un punto de vista científico no cabe la menor duda de que se trata de un ser humano, y desde un punto de vista jurídico, político y social también, como pone de manifiesto la misma existencia de una ley del aborto, que carecería de sentido si no tuviera por objeto regular en qué condiciones es posible darle muerte; y aunque hay quien desde posiciones pro-abortistas plantea un debate filosófico, político y jurídico acerca de a partir de cuando puede ser considerado “persona” ese ser vivo de la especie humana para concederle u otorgarle, en definitiva, la titularidad del derecho a la vida, sorprende que en una sociedad como la nuestra, tan garantista para tantas cosas, se haya impuesto el principio “in dubio contra…”, obviando que cualquier momento posterior al día uno de la concepción es siempre arbitrario, que dar muerte es dar muerte, y no hay equidistancia por permitirlo solo durante un plazo.

Mientras trato de ordenar las ideas y escribir estas líneas, leo en la prensa, el pasado 21 de marzo, que el abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Yves Bot, ha dictaminado que las células embrionarias que tienen capacidad de desarrollarse hasta formar un ser humano deben calificarse jurídicamente como embriones humanos y, por tanto, no se pueden patentar. Habrá que esperar a la decisión del Tribunal, pero la noticia es acogida con natural alivio y alegría de unos, discreto rechazo de otros, como exige la naturaleza de sus intereses (industria del aborto, industria genética -de humanos-, ideólogos de género, etc.) que califican de “progreso” y “avance” de la Humanidad, y la indiferencia de una inmensa mayoría que, o no se ha enterado, ocupada en otras cosas, o no le importa que haya quien ha pretendido patentar un ser humano y, ante la negativa de la oficina de patentes, ha acudido a los Tribunales.

¿Cómo es posible que individual y colectivamente se haya dejado de percibir el aborto como la eliminación de un ser humano o, simplemente, no se le conceda ningún valor a esa vida más allá de la abstracción formalista a que ha quedado reducida su declaración por el Tribunal Constitucional como “un bien jurídico protegible”? ¿Cómo es posible tanto silencio indiferente? ¿Llenaremos el vestíbulo de los ignavos?

Leo en la “Teoría pura de la República”, de Antonio García Trevijano, que “Entendida como contraria a la mentira, la verdad está proscrita por el poder Estatal. En virtud del principio universal del mínimo esfuerzo la falacia política anida en el reino de la sociedad gobernada. Y en virtud de otro principio universal, el de la adaptación al medio, las conciencias deciden vivir enajenadas, como si la mentira fuera verdad, hasta que el hábito suprime el como si, y lo sustituye por el así sea hebraico. El desmesurado afán de tranquilidad hace de la mentira verdad y funda el imperio de la falsedad …el deseo de querer estar en la verdad cede el paso a la querencia social de permanecer en el engaño.” La verdad es que no se refiere al aborto, pero da una razón de la sociedad líquida en que nos hemos convertido, enajenada al fundamentalismo democrático, haciendo verdad la mentira a golpe de definición legislativa, calculando el coste/beneficio que reporta cada ser humano, sin apercibirse de que “Si el hombre decide tratarse a sí mismo como materia prima, se convertirá en materia prima, pero no en una materia prima a manipular por sí mismo, como con condescendencia imagina” (C.S. Lewis, “La abolición del hombre”), sino a manipular por la simple apetencia de quienes ostentan y ejercen el poder; y es que lo que se nos presenta como progreso, como  un ámbito ganado a la libertad resulta ser finalmente un yugo que nos sojuzga porque “lo que llamamos el poder del hombre sobre la Naturaleza se revela como un poder ejercido por algunos hombres sobre otros con la naturaleza como instrumento”.

¿Realmente, no nos importa, no tenemos nada que decir?

17 comentarios:

victoria dijo...

Yo me pregunto: cómo se puede hablar de éxito hacer 111.482 abortos, serán animales????

Desde el foro dijo...

Porque son menos que 115.000...., la diferencia es mayor que la población de la mayor parte de los pueblos de España, pero eso no importa, como no los vemos ¿no?

Unknown dijo...

Amigo Nacho. Soy José Hilario. Te felicito por tu post, no por estar de acuerdo o en desacuerdo, es que lo esperaba y no me ha defraudado. Para no ser extenso me remito a lo que escribí en facebook, en resumen: la nueva ley es un disparate porque da a entender que el aborto es un derecho. La nueva Ley es una imposición de los grupos feministas, aporta poco y no mejora la situación anterior ni la empeora (salvo por lo dicho antes. Durante los 8 años del gobierno del PP la Lay estuvo en vigor, no se tocó una coma y nadie se manifestaba a favor de nada. El tomar la decisión de abortar no creo que sea un capricho y por último, volver a la situación anrterior a 1985, donde una mujer podía cometer un delito por abortar, me parece un disparate.
Un saludo.

Desde el foro dijo...

Hola Hilario, gracias siempre por tu comentario,al margen de que podamos discrepar, aunque a lo mejor menos de lo que imaginas:
- Efectivamente se ha creado un derecho, bajo la cobertura de una prestación sanitaria, y así lo recogí en el post "No, Ministra, no" en este mismo blog.
- Conforme con la imposición de grupos feministas, pero con el matiz de que no son todos - es una etiqueta muy amplia - sino aquellos que propugnan la ideología de género.
- Es cierto lo del PP, y de hecho lo que propone es volver a la situación anterior a la nueva Ley,aplicándola efectivamente; y es cierto lo del silencio, precisamente a ello me refiero en el artículo.
- No, ni por asomo pienso que sea un "capricho", en el sentido de antojo u ocurrencia. De lo que se trata es de un interés de la madre incompatible con el derecho a la vida del hijo que porta, y claro, no es lo mismo (siguiendo a Bobbio), el derecho / interés de la madre que puede ser satisfecho evitando la concepción, que el del hijo que porta, que solo puede ser satisfecho dejándole nacer.

- El disparate es la historia gore que (por cierto, también es nuevo, aunque lo he colgado en una fecha concreta y puesto un enlace), en que se ha convertido la industria del aborto en España, para escándalo de holandeses, daneses e ingleses, y eso que ellos lo permiten, y al final de lo que se trata es de si se permite o no, y en que condiciones, eliminar un ser humano.

Dicho eso, es verdad que cada caso es cada caso, y no es lo mismo que a alguien se le estropee su "proyecto de vida" , a que haya sido violada (por cierto, 47 de 115.000 en 2008)o que esté sometida a una situación de violencia por sus padres o por su pareja; situaciones extremas que un Estado Social de Derecho debería atender de forma positiva (porque se trata de la vida, derecho primario esencial, frente a otros intereses o derechos que siempre serán de inferior entidad), y a veces no lo hace. A este respecto hay asociaciones, como Red Madre, que hacen una labor estupenda de apoyo a esas madres que se ven en una situación extrema, abocadas a abortar porque nadie les hace ni puñetero caso y todos le invitan a hacerlo porque es lo más sencillo.

No no hay que criminalizar a esas mujeres que a veces son víctimas, pero tampoco descriminalizar lo que no deja de ser la muerte violenta de un ser humano.

Unknown dijo...

Claro que no estamos tan en desacuerdo. Yo en los años 80 decía que nadie que esté sano mentalemente va "a favor del aborto", esa es la impresión que dan las cuatro feministas radicales de pelo corto (por cierto, ellas nunca abortaran porque tocan otros palos. Pues como te decía una cosa es ir a favor del aborto y otra no regular, como se hizo en 1985 ese problema, despenalizando algunos supuestos. Posiblemente, sea de los neutrales y creo que la situación que se creo a partir de 1985 fue la mejor, sin que por ello aplauda la situación de la clínica de Barcelona con fetos de siete u ocho meses, eso es un delito y un disparate.

Unknown dijo...

Perdón, me he expresado mal: quería decir que "... una cosa es ir a favor del aborto y otra regular, como se hizo en 1985 ese problema, despenalizando algunos supuestos ..." Sobra el "no" que esta en el cometario anterior.

Manolo dijo...

Me parece triste que una Ley, la que sea, ampare un crimen en lugar de proteger la vida; esto es antinatural.

La responsabilidad está por encima de un embarzao no deseado. El considerar a la pareja como un objeto, exclusivamente una fuente de placer, lleva aparejado que, ante el embarazao no deseado, el camino fácil sea el del aborto, deshacerse del objeto que un cuerpo tratado también como objeto ha engendrado, con total exclusión del amor, del respeto a la pareja y del respeto a la vida.

No es un tema subjetivo, es objetivo y de gran calado social. Como miembro de una sociedad, en la que no vivo aislado, me preocupa que se impida el nacimiento del que a futuro puede ser mi vecino, mi médico o el gran desconocido que hará surfing en alguna playa de Australia.

No es un asunto sobre el que únicamente puede opinar y hacer lo que considere oportuno la mujer embarazada. Siempre se apela al respeto, a la solidaridad, al bien común por encima del bien individual, al "haz el amor y no la guerra". Pués bien, por todo ello, por solidaridad social, por respeto a la vida y por el bien de una sociedad envejecida, es preciso no permitir el crimen del aborto. Y también porque el aborto es un acto violento, necesitamos más que nunca levantarnos contra esa violencia y gritar alto y claro "NO A LA VIOLENCIA, NO A LA GUERRA, NO A LOS ASESINATOS DE INOCENTES NIÑOS CIVILES", pero no oigo a aquellos que levantaban antaño sus pancartas con el "NO A LA GUERRA", no se les oye ahora y no se les ve poniendo trapos por las ventanas en defensa de la vida, de la infancia, de una sociedad rejuvenecida o del amor. Seguramente estén muy ocupados en alimentar un egoísmo que les impide ver más allá de un "polvete" o de un revanchismo político constante.

¿Algún partido político responsable?, sí, todos los que de una manera activa o pasiva han permitido o consentido el aborto. Aquí no hay siglas políticas que protejan más a unos que a otros. El aborto es un asesinato por definición, es una falta de amor y una cobardía que ataca a los más indefensos.

Desde el foro dijo...

Hola Manolo, es que lo que se presenta como "progresía" suele pecar de una ignorancia supina, como decía decía Gustavo Bueno que desde sus postulados materialistas coincide con el no al aborto de la Iglesia, y afirma que "No es una cuestión religiosa. Ni de izquierdas y derechas. Cuando ZP ganó las elecciones por segunda vez hace poco más de un año reunió a sus huestes y les dijo que había que dar un giro a la izquierda, así que iba a replantear la cuestión del aborto. ZP identifica el aborto como una seña de identidad de la izquierda. Oponerse sería el signo del clero reaccionario. Menudo argumento, menuda calaña. No saben nada. Da tanta pereza argumentar contra esos disparates que sólo provocan desprecio. Pero hablar de propiedad del cuerpo es individualista, lo contrario del socialismo".

Y es verdad, creo que ya lo he dicho en alguna ocasión, pero hay que recordar que el Código de Hamurabi - en torno al 2.500 a.C. - castigaba el aborto como un delito contra la propiedad del padre, porque el vientre de la madre le pertenecía, y lo que ahora, después de 4.500 años, se acoge con tanto alborozo como "progresista" es un simple cambio de propiedad, representado por el grito “¡nosotras parimos, nosotras decidimos!...Se trata en realidad, y coincido con Gustavo Bueno, de "un regreso o retroceso reaccionario a la época de la barbarie."

Unknown dijo...

Sin ánimo de ofender, pero si con el de polemizar, me parece que decir que el aborto es un asesinato o que se impide la vida de un médico o un sr. que haga surf es un argumento demasiado simple. En cuanto a lo último también podría ser un nuevo Hitler o el tipo que te atraque dentro de veinte años. Mi argumento es posiblemente igual de simple, pero creo que es un problema de enfoque. Sigo pensando que la situación idonea es que exista una legislación como la que había en España de 1985 a 2010, pero que por educación sexual no se practicara ningún aborto.
Por último una pregunta: ¿Que porcentaje de esos más de cien mil abortos correspondes a mujeres extranjeras (me refiero a inmigrantes)?

Desde el foro dijo...

Hilario, no hay ofensa en discrepar, pero en relación con las cuestiones que planteas:

- Creo que a veces tenemos problemas con el lenguaje porque describe demasiado crudamente para nuestra sensibilidad el concepto, y por eso se habla de "IVE" o de "salud reproductiva" para referirse al aborto. De asesinato lo califican alguno de los filósofos y pensadores a que me he referido y, realmente, el hecho objetivo es que un ser humano mata a otro ser humano, concurriendo normalmente en aquel que ha elegido como profesión la de abortero todas las circunstancias del art. 139 CP, alevosía, precio, y ensañamiento.

- No es gratuito afirmar que el aborto (al que habría que sumarle la eugenesia, la manipulación genética y, si se llegara a permitir, la patente de embriones) es un poder ejercido por las generaciones presentes sobre las generaciones futuras. Ese poder siempre ha existido, pero si recordamos los orígenes del aborto(controlar el crecimiento de la población negra marginal en EEUU), o el apoyo de neomalthusianos (uno en Barcelona afirmó que si se encontrara la forma de hacer desaparecer 2/3 de la población mundial sin dolor habría que hacerlo), o su promoción en algunas zonas como África, podrás apreciar la dimensión y fines que tiene ese poder.

- En términos absolutos, el 44,90% son nacionales, UE el 11,11%, África el 5,3%, y América el 25,39%, el resto no consta (datos IVE 2008, en términos relativos por población creo que no se hace, o por lo menos no lo he encontrado.

Anónimo dijo...

No es lo mismo matar a un niño en un aborto (antes de nacer)que matarlo en una guerra o en un atraco, actos violentos. Quien lo hace es porque por la razón que sea o no lo quiere tener o no puede. NO ES LO MISMO APLASTAR UN HUEVO QUE MATAR A UNA GALLINA, .Lo queramos o no pertenecemos al reino animal.

Manolo dijo...

Querido anónimo, cuando puedas, mira imágenes ecográficas sobre el proceso de impedir la vida al nasciturus, te adelanto que son duras, para nada están exentas de violencia, una violencia con un fin claro, la muerte de un ser humano, concebido, no nacido y al que se le ha privado del derecho a la vida.

Estimado JH, la definición de asesinar, acorde al diccionario de la Real Academia Española, es: 1-"Matar a una persona con premeditación, alevosía, etc. 2- Causar viva aflicción o grandes disgustos. 3- Engañar en un asunto grave una persona en quien se confía". En el aborto, de una u otra manera, se cumplen las tres acepciones, matando a un ser humano, causando aflicciones y disgustos tanto a la persona que aborta, a su familia, a su círculo social cercano y a la sociedad en general y posiblemente se den casos de engaño con el fin de ocultar el hecho.

Por ello concido contigo en que decir que el aborto es un asesinato es demasiado simple, porque en este asunto hay que ser simple y muy claro, o se está a favor o se está en contra, así de simple. Pero, ¡cuidado!, si estoy a favor, el asunto pasa a un plano complejo para la persona que aborta: remordimientos, problemas psicológicos o arrepentimiento ante algo irreversible. Me quedo con la simpleza y la tranquilidad de no herir ni matar a ser humano alguno. Además, creo que nos diferencia del reino animal el utilizar la inteligencia y me parece tremendamente inteligente, valiente y responsable el procurar una descendencia que nos permita desarrollar la parte más bella, noble y gratificante de un ser humano: el amor hacia sus semejantes.

Lo de si sale un Hitler o un Tagore, dependerá de aspectos genéticos, educativos y cuantos elementos antropológicoss quepan en la coctelera de la vida. Los accidentes determinan la substancia, la esencia, el alma, pero no son substancia en sí. Esta es otra diferencia del hombre con respecto a otros seres del reino animal. Los hombres tenemos substancia, alma, a diferencia de los animales responden a un conjunto de accidentes biológicos. Si no aceptamos el concepto de alma y solamente queremos enfocar al hombre desde un punto de vista material, volvemos a encontar diferencias entre el hombre y los animales ya que encontraríamos en el hombre una serie de procesos psíquicos comlejos, ausentes en el mundo animal.

Desde el foro dijo...

Querido Anónimo:

Aparte de que no tenemos nada que ver con ninguna otra especie del reino animal, una rareza extravagante si quieres pero no tenemos nada que ver, intenta afirmar lo mismo respecto de una una especie en peligro de extinción, en lugar de una gallina - que es el ejemplo típico tópico que se utiliza para vulgarizar - y verás como no es lo mismo.

Por supuesto que no es un "capricho", ¿quién ha dicho tal cosa? La cuestión es si las "razones" de uno son superiores al derecho a la vida del que muere.

Un embrión humano o un feto es un ser vivo de la - si no no hay problema- que ha iniciado su ciclo vital que solo termina con la muerte; se trata de un ser humano, y si es feto, infante o viejo es circunstancial; como dice Manolo, pulsa en google aborto, vete a imágenes, y verás de lo que estás hablando.

En cuanto al concepto de persona es jurídico, también podríamos definir legislativamente como persona a un ser humano a partir del año, o los 15 años, o a partir de un nivel de renta.... ¿no? ¿por qué no? De hecho es una de las razones para impulsar el aborto en algunas zonas, se considera que su vida no es "digna"por un sr. que llega en jet a Barcelona y por quienes les hacen el coro.

Lo que digo es que el derecho a la vida no puede ser un derecho subjetivo, es decir que dependa de un tercero....,me remito al artículo, para no repetirme, porque de eso trataba el artículo argumentándolo, y no descubro ningún argumento en tus afirmaciones.

Manolo dijo...

Querido anónimo, abre tu corazón un poco, quiere y déjate querer. No veas en el que va a nacer un problema, todo lo contrario, es la prolongación de uno mismo. Ver crecer a un hijo es llenarte la vida por completo y te enriquece como persona. Cada fase en la vida hay que disfrutarla, así, cuando no tienes descendencia, disfrutas de cosas irrepetibles y les sacas todo el jugo posible. En mi caso, el haber tenido descendencia me ha abierto unos caminos casi desconocidos: el de la generosidad, multiplicar el sentido de mi vida, alegrías mil, la satisfacción de solucionar otros tantos problemas, valorar el poco tiempo que me queda para descansar, compartir vivencias, juegos, alegrías, consolar llantos, ejercitar la empatía constantemente, relacionarme con personas con hijos e hijas de la misma edad que las mías, rejuvenecerme permanentemente, actualizar mis conocimientos y la forma de entender el entorno que me rodea, entender y querer cada día más a mi esposa, etc. No me puedo imaginar un futuro sin mis hijas, te lo digo de verdad, creo que lo pasaría mal, muy mal.

Cuando no gozaba de la paternidad, lo hacía de otras cosas y vivía feliz compartiendo ratos con mis amigos y familiares, pero de mi boca se escapaba algún "me aburro" o me lanzaba al sillón más horas de las necesarias, creo que lo hemos hecho todos. Con la paternidad no existe el aburrimiento, es una montaña rusa llena de sorpresas.

Son fases de la vida, no hay que darle muchas vueltas a la cabeza. Se vive la fase de tez imberbe y pantalón corto con tanta emoción como la de las primeras salidas, el primer trabajo o las primeras escapadas en coche. La paternidad supera, a mi juicio a todas, es un momento especial, lleno de vida por todas partes.

Anónimo dijo...

Si nacieran en el mundo todos los seres humanos sin poner frenos,condones, pildoras,etc el mundo caminaria hacia la extincion ya es imposible dar de comer a todos los que somos no quiero imaginar si no se pusiesen frenos y la gente cumpliera el crecer y multiplicaos o si los chinos pudieran tener más de un hijo y siguieran las normas catolicas de que vengan los que dios quiera y dios provera se empujarian unos a otros y caerían al mar. De que ibamos a comer tantos miles de millones nacidos del amor. crecer y multiplicaos se dijó cuando no eramos tantos. Hay que elegir si queremos vivir todos o sacrificar a unos cuantos no nacidos. que es cruel...si que esta mal...si. Hay una cosa que se llama mal menor un niño en si no hace daño pero cientos de miles de millones si. porque repito no se puede crecer en una progresion sin fin a no ser que descubrieramos otros planetas habitables y no es el caso. Las demas especies animales se autoregulan matandose unos a otros(con violencia) nosotros no tenemos que hacerlo según algunas creencias y eso nos llevaria a la autodestruccion, si no lo hace antes la "inteligencia humana" por alguna explosion inteligente atomica.

Manolo dijo...

Querido anónimo, la muerte ya se encarga de impedir la progresión a la que aludes. Y cuando la muerte llega de la mano de un desastre natural, de una pandemia o de una guerra, el número de vidas que se pierden es millonario. No hacen falta los argumentos que esgrimes para frenar la vida, la propia naturaleza lo hace.

Lo del hambre, es un asunto de distribución de riquezas. Precisamente son las manos de muchos católicos las que hacen llegar alimentos y medicinas a muchos sitios olvidados por muchos progresistas que no ven más allá de viajar en primera clase. En el caso de España, es el gobierno actual el que trata de impedir que los alimentos lleguen a personas necesitadas, mordiendo la mano que les da de comer, es decir, atacando a una institución que de manera altruísta hace posible la vida a personas condenadas a la muerte. Esa institución es la Iglesia Católica, permanentemenete atacada e insultada. Se está volviendo en pleno siglo XXI al espíritu republicano de 1931 que favoreció la quema de iglesias y el vil asesinato de clérigos, ¿por qué?, ¿para qué?. Si no se está de acuerdo con la Iglesia, respetable es, pero que no se le ataque, máxime cuando hoy en día permite dar de comer, de beber y curar a millones de personas que recobran la esperanza.

Los frenos a los que haces mención, dan miedo. Porque quien tolere esos frenos puede pensar mañana en activarlos para personas cojas, rubias, mujeres, niños de 11 años, amantes del Barcelona, ancianos, etc. Cualquiera puede formar parte del saco a pulverizar. Esa manera de pensar es la que ha iluminado los crímenes cometidos en Mittelbau, Plaszow o Mauthausen, a manos de socialistas, concretamente nacional-socialistas. El exterminio de capas sociales determinadas de la sociedad ya lo promulgaba Marx cuando afirmba que era legítimo valerse de ello para alcanzar la dictadura del proletariado. Ese sueño de muerte fue llevado a cabo por el bolchevismo de Lenin de manera cruelmente práctica, haciendo renacer la esclavitud y exterminando a los que alzaban voces a favor de la libertad. ¿Estamos hablando de Katyn?, Sí.

Lo del problema de superpoblación, sería para hablar largo y tendido, pero te invito en que observes un mapamundi con detalle de la densidad de población mundial. Es curioso ver en la cúspide a paises que actualmente son potencias de primer orden mundial como China, o India, ambos con un armamento nuclear temible. ¿Cómo se compagina el liderar la industria armamentística nuclear con la existencia millones de compatriotas nadando en la miseria?. ¿Cómo se entiende que se respete el nacimiento de un chino pero no de una china?. ¿Es casual que en España se adopten chinas en lugar de chinos?. ¿Estamos hablando de exclusión por razón de sexo?. Si miras el mismo mapamundi párate en las densidades de casi toda América Latina, Africa, Canadá, EEUU o Rusia, te puedes sorprender.

Manolo dijo...

Perdón por el gazapo "te invito en que observes", ese "en" lo utilizaremos en otro momento, ahí no venía a cuento. Mis disculpas.